“Además de ser mujer, escritora, nigeriana, negra, ganadora del premio que conceden cada año los críticos neoyorquinos por Americanah, su más reciente novela, ¿quién es Chimamanda Ngozi Adichie?
Nació en la aldea de Abba, quinta hija del matrimonio de etnia igbo formado por Grace Ifeoma y James Nwoye Adichie. Pasó su infancia en la ciudad de Nsukka, sede de la Universidad de Nigeria, en una casa que anteriormente había sido habitada por el célebre escritor Chinua Achebe. Su padre era profesor de estadística, y su madre trabajaba también en ese mismo establecimiento de educación superior, como secretaria. A los 19 se trasladó a Estados Unidos con una beca por dos años para estudiar comunicación y ciencias políticas en la Universidad de Drexel, Filadelfia. Posteriormente continuó sus estudios en la Universidad Estatal del Este de Connecticut, en la que se graduó en 2001. Ha realizado asimismo estudios de escritura creativa en la Johns Hopkins, Baltimore, y un máster de estudios africanos en Yale.
En 2003, mientras se encontraba estudiando en Connecticut, publicó su primera novela, “La flor púrpura” (Purple Hibiscus), que fue muy bien recibida por la crítica y recibió el Commonwealth Writer’s Prize for Best First Book (2005).
La acción de su segunda novela, “Medio sol amarillo” (Half of a Yellow Sun, 2006), así titulada en referencia al diseño de la bandera de la efímera nación de Biafra, se desarrolla durante la guerra civil nigeriana. La obra, alabada, entre otros, por Achebe, obtuvo el Orange Prize for Fiction en 2007.
En 2009 publicó una colección de relatos breves, titulada The Thing Around Your Neck. Cuatro años más tarde lanzaba Americanah, que mereció el Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro.
- Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
OBRA Y PREMIOS
Hay en la página del TED, organización creada en Estados Unidos para potenciar ideas que puedan transformar al mundo, un vídeo de Chimamanda. Fue su invitada en el 2009 y su charla ha sido vista por más de seis millones de internautas.
“Cuento historias”. Así, con una sola frase, definía su actividad esta novelista que arriba a los 36 años con tres novelas y un libro de relatos escritos en inglés, todos traducidos al español, y que inmovilizada en ese 2009 se disponía a hablar del peligro que implica la existencia de una sola historia, en un tema que es de ida y vuelta. El que la cuenta la impone, el que la recibe puede creerse que es la única.
La flor púrpura (Grijalbo, 2004). Recibió el Commonwealth Writers’ Prize for Best First Book.
Medio sol amarillo (Literatura Random House, 2007). Ganador del Orange Prize for Fiction.
Algo alrededor de tu cuello (LRH, 2010).
Americanah (LRH, 2014). Chicago Tribune Heartland Prize y el Premio Nacional de la Crítica de EE UU
Lo sabe por experiencia propia, adquirida en su infancia en una casa de clase media en la que habló y leyó muy rápido literatura inglesa y estadounidense y también muy rápido empezó a escribir historias en las que sus protagonistas eran rubios, de ojos azules, se desenvolvían en paisajes nevados y tomaban cerveza de jengibre, aunque ni la cerveza existiera en su natal Nigeria ni la nieve cayera en Nsukka, ciudad donde pasó su infancia.
Por fortuna para la futura escritora, también llegaron a sus manos autores como su conterráneo Chinua Achebe, padre de la literatura africana moderna, o el guineano Camara Laye, que la salvaron de los personajes que describía en sus primeras letras y la centraron en su Nigeria, desde la cual Chimamanda cuenta y se cuenta, descubre y se descubre, porque es innegable que el escritor, en este caso la escritora, es él o ella de muchas maneras en lo que escribe.
Una Chimamanda que vive y concilia Nigeria, en África, continente que sigue siendo un desconocido, y Estados Unidos, donde inicia la narración de Americanah (Literatura Random House, traducción de Carlos Milla Soler) y en la que Ifemelu puede distinguir por sus olores las ciudades americanas que ha visitado. Tal vez un poco de la Chimamanda que vive y recibe premios en Occidente y regresa todos los veranos a Lagos para dictar talleres de escritura en la sede del Fondo Farafina, que creó con su editor nigeriano para impulsar la lectura y la escritura.
No sé si ella lo diría así, pero la presencia de los dos mundos en la vida de sus personajes es el cambio que se ha ido sintiendo en sus novelas. El clic lo hizo con algo alrededor de tu cuello, en el que varios de sus relatos son de nigerianos en los Estados Unidos, mientras que Nigeria es el centro de sus dos novelas anteriores: La flor púrpura y Medio sol amarillo. Americanah deriva en tres continentes porque Chimamanda se hace cada vez más universal, sin abandonar Nigeria, su centro de gravedad.
Lo seguirá siendo porque no está dispuesta a que la historia de su mundo la cuenten desde la otra orilla, mal contada, distorsionada o llena de prejuicios, como los que ella misma vivió cuando al llegar a los Estados Unidos su compañera de cuarto en la universidad no pudiera creer que hablara un buen inglés, idioma oficial nigeriano, conociera a Mariah Carey o supiera usar una estufa. “Su visión de mí, como africana, se reducía a una lástima condescendiente”, algo similar a la experiencia vivida con un profesor que le dijo de una de sus novelas que “no era auténticamente africana” porque sus personajes eran de clase media.
Convencida de que “una sola historia roba la dignidad a los pueblos”, Chimamanda elige contar desde África donde no deja de preguntarse “¿Por qué no decimos nada […]? ¿Por qué nunca decimos nada?”. Lo hace a través de personajes como Ujumwa, en Jumping monkey hill, una nigeriana invitada a un taller de escritores en Sudáfrica, organizado por un inglés lascivo, prejuiciado y arrogante».
Marbel Sandoval Ordóñez, periodista y novelista, El País, Madrid, 19 de marzo de 2014.
«ÁFRICA PIENSA» comparte con mucho honor y orgullo la obra literaria de esta joven africana, ejemplo y modelo de tantas jóvenes africanas que luchan por desarrollar su talento en un mundo doblemente injusto para ellas por ser mujeres y africanas.
Es, Realmente, Confortante Percatar Que, A Pesar Del Ostracismo Al Que Le Tienen Sometido A ÁFRICA Tanto Desde Las Fuerzas Endógenas Como Por La Maquinaria Orquestada Por Ciertas Potencias Occidentales; La Sabia Providencia Sigue Premiando El Esfuerzo Y La Voluntad De Much@s African@s En Su Lucha Por Salir De Su Letargo, LEVANTARSE Y EMPRENDER EL CAMINO HACIA SU PROGRESO.
Un Proverbio Acuñado En África Dice: «Si Educas A Un Hombre, Educas A Un Individuo. Pero SI EDUCAS A UNA MUJER, EDUCAS A UNA SOCIEDAD».
A Tenor De Ese Dicho, Está Más Que Demostrado Que Las Sociedades Adquieren Un Desarrollo Vertiginoso En Todas Sus Facetas Deseables Cuando Su Capital Femenino Toma La Vanguardia. Así Que, Desde Estas Líneas, Grito, En La Lengua BÖÖBE (BUBI) De Guinea Ecuatorial:
«E WAISO IPOLA!» (Mujer: «¡Levántate/Promociónate!»)
Si El P. Faustino – Esono NGUEMA NKARA Tituló Su Obra «GUINEA ECUATORIAL NO ESTÁ MALDITA». Trataré De Extrapolarlo Diciendo «ÁFRICA NO ESTÁ MALDITA».
No Quisiera Terminar Sin Darle Un Gran «OLÉ!: (A Big «HOORAY!: To) A Nuestra Querida CHIMMANDA NGOZI ADOCHIE.
La Dinámica Del Desarrollo Debe Seguir Su Curso.
No Todo Está Hecho, Dicho Ni Escrito.
(ANGÓ ANGHWANN Joseph L. Raymond)
Gracias por la aportación Angó Anghwann Joseph L.
Vuelve pronto!