Gerardo González Calvo ha dado a conocer África desde el respeto y es autor de numerosos artículos y monografías sobre el continente africano. Estuvo durante más de 40 años al frente de la redacción de Mundo Negro.
El 6 de enero de 1984, junto con Íñigo de Aranzadi y Cuervas Mons, Luis Beltrán y Repetto, Julio Cola Alberich, Carlos González Echegaray, Tomás Mestre Vives y Antonio Villariño, constituyó la Asociación Española de Africanistas (AEA) en el Colegio Mayor Nuestra Señora de África. La fundación de la AEA supuso un enorme salto a la hora de impulsar el estudio del continente en España, promover el interés por los temas africanos y colaborar con instituciones africanistas, especialmente las africanas e iberoamericanas; objetivos ampliados más tarde por la promoción de la cooperación con el área subsahariana, para estimular la toma de conciencia en España acerca de la contribución de los pueblos y culturas africanos, y por la defensa de la paz y de un sistema mundial más justo. Su trabajo ha influido mucho en favor de la visibilidad de África en la opinión pública española.
Conferencia de Gerardo González Calvo: “África 1960-2010: 50 años de independencia” (9 de marzo de 2010)
“A lo largo de 1960, 17 países africanos proclamaron su independencia. El 31 de diciembre de 1959 había en África tan sólo 10 países soberanos, cuatro de ellos en el África subsahariana: Liberia (desde 1847), Sudáfrica (desde 1910, con el nombre de Unión Sudafricana), Ghana (desde 1957) y Guinea-Conakry (desde 1958). El 31 de diciembre de 1960 había ya 27 países soberanos. Entre 1961 y 1970 proclamaron su soberanía otros 15 países, 9 entre 1971 y 1980, 1 entre 1981 y 1990 (Namibia) y 1 entre 1991 y 2003 (Eritrea).
Las 17 soberanías concedidas en 1960 no fueron una garantía de independencia para los nuevos estados. Ni en lo político ni en lo económico. El dirigente ghanés Kwame Nkrumah lo dejó muy claro en su biografía:
“Una vez obtenida la libertad, entra en juego una tarea mayor. Todos los territorios dependientes están atrasados en la educación, la agricultura y la industria. La independencia económica que debe seguir y sostener la independencia política exige todos los esfuerzos del pueblo, una movilización total de la inteligencia y los recursos de potencial humano. Lo que ha tardado trescientos años en lograrse en otros países, un territorio que ha sido dependiente tiene que tratar de realizarlo en una generación, si quiere sobrevivir”.
No fue posible alcanzar esta meta, entre otras razones porque los nuevos países tenían una economía orientada a la producción de materias primas, tanto agrícolas como mineras, pero no a la transformación de productos in situ. África perdió así el tren de la industrialización y quedó enganchada a la dependencia de las antiguas metrópolis, las cuales habían organizado los sistemas de producción que mejor satisfacía sus intereses y no las necesidades de las poblaciones africanas.
En la década de los sesenta, los países que izaron la bandera de la independencia no estaban en peores condiciones que muchos de los países asiáticos y latinoamericanos. Cincuenta años después, muchos figuran en la lista de los llamados Estados fallidos y ven cómo sus generaciones jóvenes sólo tienen una ambición: emigrar a Europa.
– Neocolonialismo y tercera colonización
La peor parte de los nuevos países independientes se la llevó el Congo belga. No fue el país con más golpes de estado, pero en este país se concitaron y se siguen concitando los intereses más bastardos, que explican las continuas y devastadoras guerras.
El entonces Congo, después Zaire y ahora República Democrática de Congo, es el paradigma de la intrusión foránea en un Estado soberano, que ha tenido como corolario el fracaso de las instituciones y un frenazo al desarrollo. Congo es un país muy rico, en donde viven hoy más de 70 millones y medio de habitantes, en su mayoría por debajo del umbral de la pobreza. La desmesurada ambición de las grandes potencias y de las multinacionales ha sido –y son– la causa de la inestabilidad, de las guerras y de la explotación de sus materias primas.
En la breve historia independiente africana ha habido cuatro etapas.
1. Afloraron los “padres de la patria”, primera generación de dirigentes elegidos democráticamente: es la era de los Kwame Nkrumah, Felix Houphouët-Boigny, Sekou Touré, Julius Nyerere, Modibo Keita, Joseph Kasavubu, Léopold Sédar Senghor…
2. Se mantienen muchos de estos dirigentes y se suman jefes de Estado militares, que accedieron al poder mediante un golpe de estado. Todos ellos tienen una característica común: prohíben los partidos políticos y crean un partido único, fundado por el propio jefe de Estado.
3. Surgen algunos militares dispuestos a gobernar con honestidad: es la era de Jerry Rawlings de Ghana, Thomas Sankara de Burkina Faso y la primera etapa de Samuel K. Doe de Liberia.
4. Comienza en 1990 la eclosión del pluripartidismo, al socaire de la caída del Muro de Berlín y de los regímenes comunistas: es la era de los convertidos al pluripartidismo, con más o menos convicción.
En esta cuarta etapa se produce el cierre casi completo del círculo de las soberanías, con la independencia de Zimbabue, en abril de 1990, precedida de la liberación de Nelson Mandela, en el mes de febrero y su elección como presidente de la nueva Sudáfrica, en 1994. He dicho casi, porque queda sin resolver el conflicto del Sahara Occidental, que es un problema de descolonización.
– África tiene que ser ella misma
Entre 1960 y 2010 ha habido en los países africanos 276 jefes de Estado distintos (incluidos los dos del Sahara Occidental); algunos de ellos repitieron mandato. El gran problema que se le plantea hoy a África es ser ella misma: en lo político, en lo económico y en lo cultural. No lo tiene fácil, porque de nuevo el continente africano es un gran objeto de deseo para los países industrializados, algunos de ellos –como Francia, Bélgica y Gran Bretaña– antiguas potencias colonizadoras. Pero se les han unido más pretendientes: Estados Unidos, directamente o a través de sus multinacionales; Rusia retoma el papel de la Unión Soviética, que penetró en África con el pretexto de luchar contra el imperialismo occidental (de ahí su influencia a través de Cuba en Angola, Mozambique y la Etiopía de Menghistu Haile Mariam); la China económicamente neoliberal; Brasil; la India…
Los herederos de aquellos años gloriosos del boom de las independencias tienen ahora el reto de sacar adelante a unos países varados en el siglo XXI con el hambre pisándole los talones. Pocos podían imaginar hace cincuenta años que los africanos iban a pagar un peaje tan caro por la soberanía política.”
– Los 17 países independientes en 1960
- Camerún (1 de enero)
- Togo (27 de abril)
- Malí (20 de junio)
- Senegal (20 de junio)
- Madagascar (26 de junio)
- Somalia (26 de junio)
- República Democrática de Congo (30 de junio)
- Níger (3 de agosto)
- Benín –entonces Dahomey– (5 de agosto)
- Burkina Faso –entonces Alto Volta– (5 de agosto)
- Costa de Marfil (7 de agosto)
- Chad (11 de agosto)
- República Centroafricana (13 de agosto)
- Congo-Brazzaville (15 de agosto)
- Gabón (17 de agosto)
- Nigeria (1 de octubre)
- Mauritania (28 de noviembre
Fuente: Boletín de la AEA (Asociación Española de Africanistas), 19 de mayo de 2015
Ꮋelpful info. Fortunate me I discovered your
web site accidentally, and I аm surprised why thiѕ
twist of fate ⅾidn’t happened earlіer!
I bo᧐kmarked it.
Thank!! and sorry for the delay. Working on improving the site for serving you better. Come back soon!!
Thank u!